martes, 20 de marzo de 2012

LITERATURA Y CINE

“…y  encontrar un caballo como éste en medio de esta guerra obscena y abominable es para mí como encontrar una mariposa en un montón de estiércol. No pertenecemos al mismo universo que una criatura como esta.”

Este mes en la tertulia nos hemos propuesto leer un libro que recientemente haya sido llevado a la gran pantalla. En mi caso escogí “Caballo de batalla”.
 El libro fue escrito por un profesor inglés que descubrió la historia del sufrimiento y el esfuerzo que estos caballos habían hecho durante la 1ª guerra mundial por boca de un antiguo combatiente. La descripción de la guerra y el papel que los caballos tuvieron en ella, impresionó vivamente a Michael Morpurgo quien escribió la novela en 1982 y más tarde esta se convirtió en una obra de teatro. Steven Spielberg vio la obra, leyó el libro y quedó cautivado por el drama de estos caballos y de ahí nace su versión para el cine.
  Al plantearnos el tema “Cine y literatura” en la tertulia, no queríamos de ningún modo verlos como géneros enfrentados y así ha sido. El libro no es la película y viceversa. Morpurgo tiene su visión de la historia que no coincide al 100% con la que plasma Spielberg en el cine. Es muy interesante leer y ver las dos versiones para preguntarnos qué las hace diferentes y por qué. Y más interesante sería si también pudiéremos ver la versión que para el teatro se hizo.
A los búhos que leímos el libro nos pareció una hermosa historia sobre la nobleza de los animales en medio del horror de la guerra y no queda duda de que el único “malo” del relato es la propia guerra. El mayor acierto del libro es precisamente no presentar a los combatientes de ninguno de los dos bandos como los buenos y los malos de la guerra.
La película tiene a su favor la imponente imagen de los campos de batalla llenos de alambre, estacas y charcos de agua sucia. Personalmente creo que Spierberg simplifica la historia creando personajes malos en el bando alemán que no aparecen en la novela o presentando dramas que tampoco aparecían en el libro, como si el horror que vive el caballo en la novela  no fuera suficiente para el espectador de la película.

Para cualquiera que haya visto la película, sería una lástima perderse el libro. La novela de Michael Morpurgo es para mí mil veces mejor. Especialmente si pensamos en lectores juveniles, para los que no con frecuencia encontramos novelas de la calidad, la emoción y el trasfondo que podemos encontrar en “Caballo de batalla”.
  Ánimo a los que estamos implicados en esta “batalla” de despertar el interés por la lectura en los chicos de 12 a 16 años, que aprovechen el tirón de la película para llevarlos al libro.
Ángela Quirós.

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